¿La Mejor Tarta de Chocolate del Mundo en Madrid

El chocolate es uno de los mayores placeres de la vida para muchos. Su sabor, su textura y su olor, hacen que el paladar anhele degustar tan delicioso manjar, y encontrar un lugar que afirma tener “La mejor tarta de chocolate del mundo”, era darnos una orden para visitar este café ubicado en pleno centro de Madrid.

Cerca a La Puerta de Alcalá y al Parque El Retiro, por la calle de Alcalá, se encuentra este pequeño café que en el 2015 recibió un premio por su excelencia profesional. Al llegar, hay algunas mesas al aire libre y tras bajar unas escaleras, se pueden encontrar las paredes adornadas con platos en cerámica y algunos cuadros que hacen referencia a los granos de cacao. El olor es exquisito, se siente una mezcla de granos de café acompañados de un dulce chocolate hogareño y recién fundido.

Íbamos dispuestas a probar esa famosa tarta, de la que ya nos habían hablado. Según su página web, esta fue creada por el portugués Carlos Braz Lopes, quien decidió abandonar su profesión como administrador de empresas, e incursionar en el arte culinaria. Abrió un restaurante en Lisboa, y este poco a poco se volvió famoso por el postre que llegaba después de la comida, “O Melhor Bolo de Chocolate do Mundo”, como su autor lo llamó.

Tras el éxito que este manjar tuvo en Portugal, Isabel Ruíz Morales, española de nacimiento, decidió negociar con el Sr. Braz, y así llevar esta tarta al centro de Madrid. Pero dejando de lado la historia, usted ¿cómo se imagina la mejor tarta de chocolate del mundo? Para un colombiano las expectativas son altas, pues en una región que cosecha cacao, se conoce el verdadero sabor de este y concentrado. Sin embargo, nos quisimos aventurar a probarla, por su fama y por su mismo nombre, el cual ha sido aclamado por muchos madrileños y extranjeros entusiastas del chocolate.

La porción tiene un costo de 4,50€, aproximadamente 15.000 pesos colombianos. Y la oferta de bebidas va desde una taza de café o una botella de agua mineral, hasta una copa de vino, una cerveza o un té helado. En nuestro caso pedimos una porción acompañada de un té helado, en total fueron 8,00€. Nos sirvieron la tarta en un plato con forma de hoja de árbol, incluso era color verde y se le veían las pequeñas ramas. Esta tenía un aspecto brillante, pero estático, es decir, no estaba rebosando la salsa del chocolate.

Según lo que nos contaron, esta tarta está hecha con chocolate, mantequilla, margarina, azúcar, cacao en polvo y huevo, no lleva harina así que nuestra consciencia no quedaba tan manchada después de tantas calorías. En el primer bocado, todo fue maravilloso, se sentía el chocolate, e incluso una parte era de textura como de galleta que nos recordó el merengón colombiano. El segundo bocado, aún fue exquisito, el tercero igual, pero desde el cuarto bocado, sentimos que nos estábamos empalagando. Probamos el té y este también estaba muy dulce, era de Lychee y no nos ayudó con el azucarado sabor de la tarta. Al final, literalmente nos acabamos comiendo los últimos bocados a la fuerza, porque nuestra garganta no podía más de tanto dulce, y eso que somos unas adictas al chocolate, definitivamente todos los días al menos una pequeña chocolatina nos comemos, sin embargo, ese día quedamos hastiadas del sabor.

Finalmente fuimos a pagar y escuchamos a otros clientes quejándose por el nivel de azúcar de la tarta y decepcionados no se la pudieron terminar. Ahí nos dimos cuenta de que no éramos las únicas, que no era solo nuestro acostumbrado paladar colombiano, pues otras personas también notaron que la tarta tiene demasiado azúcar. Al ir a la caja, notamos que tenían exhibidas las tartas completas, y tenían un valor que iba de 23,00€ a 34,00€, es decir de 80.000 a 119.000 pesos colombianos.

En cuanto a cuestiones generales, la atención fue buena, le damos un 4/5, la relación calidad-precio será de 3/5, porque a pesar que no es exagerado (teniendo en cuenta que son Euros), la tarta no resultó ser lo que esperábamos, el ambiente y la atmósfera del lugar tendrá 5/5, nos gustó la decoración y que tuviéramos la oportunidad de comer al aire libre (aunque esto implicara pagar 10 céntimos de más), y finalmente la comida le damos un 2/5, porque como ya lo dijimos, no fue lo que esperábamos.